Si hay una leyenda que nadie quiere oír es el de los seres despalazantes... Cuenta la leyenda que una vez las personas eran totalmente nómadas, como las nubes, pero que se desplazaban solo por tierra. Siempre buscando la sombra que le daba los árboles, porque tenían miedo de que si les pegaba demasiado el sol se podían derretir.
Por otro lado tampoco podían quedarse fijos debajo de un árbol porque otro de sus miedos era que les saliesen raíces como a los árboles y quedar para siempre en el mismo lugar (al contar esto seguro que todos me mirarían con cara de “¿y que tiene eso de malo?”).
Uno de ellos, que era muy inteligente, encontró una manera para ponerse los árboles por sombrero. Pero tenía un inconveniente, estos se secaban con el paso del tiempo y morían. Y eso era algo inaceptable. Así que para evitar que murieran, por las noches dejaban que estos echaran raíces.
Poco a poco estas raíces fueron haciéndose más numerosas y grandes, empezando a ocupar cada centímetro de sus cuerpos. Esto hizo que su avance se hiciera cada vez más lento.
La probabilidad de derretirse con el Sol se había reducido a cero, por lo tanto este miedo desapareció ¿Pero qué paso con su otro miedo?¿el de echar raíces como los árboles y quedarse para siempre en el mismo sitio?... Pues existen varias teorías:
Una es que los árboles les inocularon alguna sustancia que les hizo olvidar. Otra es que se volvieron demasiado vagos para tener miedos y otra es, que en algún momento, se preguntaron a donde iban, y al no tener respuesta, sencillamente se dejaron estar. Y así es como evolucionamos de Seres desplazantes (Entia Movens) a Seres enraizados (Entia Radicati)
Yo tengo la teoría de que el monstruo Tanaikama es uno de ellos, en concreto el que era tan listo, al que se le ocurrió que sería buena cosa ponerse a los árboles por sombrero.
Estoy convencido que, de listo que era, pronto se dio cuenta de lo que acababa de hacer con su mundo. Y afligido por la pena se las ingenió para articular las raíces de su árbol y poder moverse. Y que para poder redimirse va recorriendo el mundo buscando a esos Entia Radicati que recuperan el sueño primigenio del desplazamiento.
Imagino también que en algún lugar existe una pequeña escuela donde te enseñan el olvidado arte de moverse como las nubes. Y mientras imagino, también sueño, y espero…espero el momento en que Tanaikama venga a buscarme, no sin miedo de estar equivocado, ¿pero que es el miedo sino la certeza de un mundo equívoco?.
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